La vitalidad de apicultura para los cultivos
Escrito por verdes |
Un estudio designó que las abejas son los animales más importantes del planeta, de ahí […]
Un estudio designó que las abejas son los animales más importantes del planeta, de ahí viene la importancia de cuidarlas tanto como se pueda.
Roma ha creado un innovador modelo que podría replicarse por todo el mundo: se trata de cuidar tanto a las abejas, que ellas prácticamente elaborarán una evaluación de la salud del Medio Ambiente.
Y es que fue en 2019 cuando la Real Sociedad de Geografía de Londres y el Earthwatch Institute designaron oficialmente a las abejas como los animales más importantes del planeta, por ello el interés y cuidado que están imprimiendo en aquella ciudad de Europa.
Según los expertos, alrededor del 70 por ciento de la agricultura del mundo es posible gracias a las abejas, pues favorecen la polinización y la reproducción de las plantas, lo que equivale al 35 por ciento de la producción de alimentos.
Este reconocimiento que se les otorgó a las abejas se debe a que son el único ser vivo que no transporta ningún tipo de patógeno, con lo que se bloquea cualquier propagación de epidemias provocadas por virus, hongos o bacterias en los seres humanos.
Es por esto que los romanos han puesto vital atención en la protección de estos insectos, por ello encargaron a los “Carabinieri”, el cuidado de las abejas que sobrevuelan las azoteas de algunos edificios del centro de la capital.
El proyecto que encabezan los agentes ha podido recibir datos reveladores sobre los niveles de contaminación del aire en áreas mucho más amplias de las que generalmente eran monitoreadas.
La Federación Italiana de Apicultura informó que los Carabinieri invirtieron unos 500 mil euros, el equivalente a 10,450,881 pesos mexicanos, para cuidar a las colonias de abejas que viven en zonas urbanas, convirtiéndose en pioneros de este modelo.
¿Cómo es posible que las abejas “elaboren” un análisis de la salud ambiental?
Investigadores explican que se trata de usar a los animales como centinelas y ponen un ejemplo de cómo conseguirlo. Se trata de cuidar diferentes tipos de plantas en los balcones de las casas, permitiendo la actividad polarizadora de las abejas. Bajo la premisa de que donde hay abejas hay vida, la apicultura aporta con esta sencilla tarea un termómetro natural de salud.
Investigadores creen que, en el futuro, tener colonias de abejas en áreas urbanas, podría permitirle a las ciudades alcanzar la soberanía alimentaria. Y Roma se visualiza teniendo una mina a cielo abierto de gran variedad de flores que puede tomarse como ejemplo en otras zonas del mundo.
Toda la actividad del cuidado de las abejas suena asombrosa, pero desafortunadamente y a pesar de la importancia de la apicultura, en todas las regiones del mundo se está enfrentando a enormes retos pues los ecosistemas están cada vez más deteriorados por las actividades humanas que generan pérdida de flora, fauna y biodiversidad, fuentes hídricas y bosques nativos.
Los avances de la urbanización, las deforestaciones y talas indiscriminadas, el desarrollo de los monocultivos intensivos, el uso de pesticidas, agroquímicos y organismos genéticamente modificados, están alterando los ecosistemas, poniendo en riesgo la vida de las abejas y la agricultura en su conjunto.
Organizaciones ambientalistas como Greenpeace afirman que los humanos pueden preservar y restaurar el número de abejas en el planeta, con sólo evitar pisarlas al verlas en el suelo, prohibir el uso de pesticidas, preservar el hábitat natural, impulsar la agricultura ecológica y promover los jardines floridos aunque sea en pequeña escala como ya sucede en la ciudad de Roma.