Los insectos colapsan
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Por: Fernanda Ramírez, Directora General de Comunicación Spread ¿Desde hace cuánto tiempo no encuentras un […]
Por: Fernanda Ramírez, Directora General de Comunicación Spread
¿Desde hace cuánto tiempo no encuentras un insecto pegado en tu parabrisas después de una salida a carretera? La pregunta puede parecer extraña, pero la respuesta al cuestionamiento es un indicio de un fenómeno muy grave. El cambio climático y el uso intensivo de la tierra para la agricultura son responsables de una reducción del 49 por ciento en el número de insectos en las zonas más afectadas del mundo, según un estudio del University College de Londres (UCL).
El cambio climático también puede estar contribuyendo a la disminución de las poblaciones de insectos, ya que los cambios en las temperaturas y los patrones de precipitación pueden alterar los ciclos de vida y las interacciones ecológicas de los insectos.
La reducción de las poblaciones de insectos puede tener consecuencias significativas para los ecosistemas y la salud humana, ya que estos seres diminutos desempeñan un papel importante en la polinización, la descomposición de la materia orgánica y el control de plagas. Además, muchos animales dependen de los insectos como fuente de alimento.
Desde 2019, la Universidad Nacional Autónoma de México alertó por el declive en la población de abejas. Señala que, aunque en México no hemos tenido un colapso, existen pérdidas fuertes de población de estos insectos, sobre todo por el empleo de plaguicidas en la Península de Yucatán, Jalisco y en la Comarca Lagunera.
A nivel internacional, la Universidad de Maryland detectó que la esperanza de vida de las abejas de la miel se ha reducido a la mitad en los últimos 50 años.
La importancia de la baja en la población de abejas radica en que gracias a que se alimentan y transportan el polen de una flor a otra, miles de plantas pueden reproducirse, sobrevivir y producir los alimentos que los seres humanos consumimos.
El caso de las abejas es uno de los más estudiados debido a que son imprescindibles, pero ellas son sólo un ejemplo de las muchas especies que se encuentran en riesgo. El Programa para el Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que los insectos constituyen aproximadamente la mitad de todos los organismos vivos conocidos. Desempeñan roles clave en la polinización, el ciclo de nutrientes, las cadenas alimenticias de aves y otros insectívoros, y son uno de los pilares de nuestros ecosistemas.
Para evitar la pérdida de colonias de insectos, es necesario tomar medidas para proteger su hábitat, reducir el uso de productos químicos y fomentar prácticas sostenibles. Desde la trinchera de las empresas y las industrias deben tomar medidas para utilizar productos alternos que no dañen el medioambiente, promover la biodiversidad en los hábitats naturales, fomentar la agricultura sostenible, crear hábitats artificiales y promover la educación y conciencia sobre la importancia de los insectos en los ecosistemas.
Por otro lado, los consumidores tienen la tarea de comprar productos orgánicos, plantar flores y plantas nativas, evitar el uso de productos químicos en el hogar, reducir el consumo de carne y apoyar a organizaciones y proyectos que trabajan por la conservación de los insectos.
Todos podemos hacer algo y la próxima vez que estés a punto de matar una hormiga, piénsalo dos veces.