Lucha contra el cambio climático: una batalla a medias

Escrito por María Fernanda Ramírez |
El 2024 nos encuentra en una encrucijada crucial para el futuro de nuestro planeta. A […]

El 2024 nos encuentra en una encrucijada crucial para el futuro de nuestro planeta. A medida que avanzamos en este año, los desafíos medioambientales han llegado a un punto crítico que demanda una reflexión profunda y acciones decididas. A nivel global, la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la gestión de los recursos naturales sigue siendo un tema urgente. Aunque hemos mejorado en algunos aspectos, también enfrentamos importantes obstáculos.
El cambio climático sigue siendo la amenaza más grande y apremiante. Las temperaturas globales han aumentado aproximadamente 1.1 grados Celsius desde la era preindustrial y la Agencia Meteorológica Mundial reporta que los últimos 10 años han sido los más cálidos desde que se tienen registros.
La climatóloga Katharine Hayhoe, profesora de ciencia política en la Universidad Tecnológica de Texas, donde es directora del Centro de Ciencia del Clima, señala: “El cambio climático está ocurriendo más rápido de lo que muchos esperaban, y las consecuencias son cada vez más evidentes en eventos meteorológicos extremos y patrones de temperatura”.
Aunque iniciativas internacionales como el Acuerdo de París buscan limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, el ritmo de reducción de emisiones aún no es suficiente para cumplir con estos objetivos.
La pérdida de biodiversidad es otro frente de batalla. El informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de 2023 indica que alrededor de un millón de especies están en peligro de extinción en las próximas décadas. Los hábitats naturales continúan siendo destruidos a un ritmo alarmante; por ejemplo, en 2023 se estimó que se perdió 30 por ciento de los bosques tropicales en la última década.
“Estamos perdiendo especies a una velocidad sin precedentes debido a la acción humana”, afirma Robert Watson, expresidente de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). “La pérdida de biodiversidad no sólo amenaza a las especies individuales, sino que también afecta a los ecosistemas de los que dependemos para nuestra propia supervivencia”, indica.
La gestión de los recursos naturales también presenta desafíos significativos. El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2024 destaca que cerca de 2,200 millones de personas en el mundo enfrentan problemas de acceso a agua potable. Además, el estudio del Foro Económico Mundial sobre el uso de minerales indica que la demanda de metales críticos, como el litio y el cobalto, está aumentando exponencialmente debido a la transición hacia energías renovables.
“Estamos alcanzando los límites de nuestra capacidad para extraer y utilizar recursos naturales de manera sostenible”, dice Daniel Kah, director de investigación en la Fundación para la Sostenibilidad Global. “Es imperativo que adoptemos una economía circular para minimizar el desperdicio y maximizar el reciclaje de materiales”, ahonda.