Responsabilidad Social: la vía para hacer de la sustentabilidad, un activo reputacional
Escrito por Claris González Monreal - Doctorante en Comunicación y Mercadotecnia Estratégica - Fundadora de la consultora SM Global especializada en Reputación Corporativa y Comunicación Estratégica |
Los públicos, clientes y la sociedad dan mayor valor a las organizaciones por la adecuada gestión de sus actividades, más allá de solo sus productos o servicios.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) requiere la rendición de cuentas transparentes que combine la mejora de la productividad y la rentabilidad con apuestas decididas por la sostentabilidad social. Se puede decir que es un compromiso social, a modo de contrato imaginario entre las organizaciones y los ciudadanos, el cual comprende parámetros fundamentales como: ciudadanía corporativa, ética, gobierno corporativo, inversión socialmente responsable, vinculación con públicos, calidad del clima laboral, cuidado y atención en la cadena de valor, respeto y contribución al medio ambiente; así como una comunicación estratégica responsable.
Es importante puntualizar que actualmente los públicos, clientes y la sociedad en general, dan mayor valor a las organizaciones por la adecuada gestión de sus actividades, más allá de solo sus productos o servicios. El compromiso social que asumen las empresas como identificativo de su comportamiento, genera una actitud y confianza en la sociedad. Los empresarios no deben olvidar que una empresa no sólo está inmersa en las redes comerciales, sino que se sitúa como un actor social y que sus acciones ayudan a modelar la calidad de vida de los ciudadanos.
El modelo de gestión socialmente responsable es una alternativa válida para enfrentar de forma sostenida y eficaz los retos actuales. Las empresas continuarán realizando actividades para generar rentabilidad, balances económicos positivos; pero también tienen en frente a la responsabilidad social como una forma de convertir la sustentabilidad en un activo que repercuta positivamente en su reputación corporativa. Se refuerza el mensaje de qué la empresa no sólo fabrica, vende y lucra, sino que contribuye a la transformación social del desarrollo de la comunidad en la que participa.
El compromiso social de la organización busca mejorar la productividad de aumentar la rentabilidad, sin dejar fuera el bienestar social y económico de sus colaboradores, así como las expectativas de la comunidad en temas sociales y ambientales como premisa de su gestión responsable. Cabe resaltar que la responsabilidad social se diferencia de la filantropía ya que esta constituye un modelo de gestión sostenida en virtud de alcanzar el beneficio del particular sin descuidar el colectivo. Debe acreditar resultados económicos, ambientales y sociales; lo cual trae como beneficios la credibilidad, la imagen positiva y una elevada reputación. Activos intangibles que actualmente están marcando la diferencia entre las organizaciones a nivel mundial y representan alrededor del 80 porciento del valor de la compañía.
La Responsabilidad Social corporativa debe tomar en cuenta lo siguiente:
- Calidad y cultura corporativa, la cual se refiere a la filosofía conducta y valores éticos que constituyen a la organización. Esta debe ser el eje central de todas las actividades que se realizan hacia dentro y fuera de la misma.
- Gestión de sus públicos. La organización debe cuidar el bienestar de sus públicos tanto internos (colaboradores) como externos (clientes, proveedores, gobierno, sociedad en general, entre otros).
- Comunicación interna. Se debe garantizar un clima laboral óptimo, que permita un incremento de la productividad. Además, que el trabajador es el principal embajador de las empresas.
- Comunicación externa. los valores de una organización deben ser proyectados en los diferentes medios que utiliza la empresa para comunicarse con sus públicos. Esta comunicación debe ser responsable, ética y transparente.
- Evaluación constante del entorno. Conocer el mecanismo del entorno social, económico y político en el que se desarrolla una organización permitirá contar con planes de gestión preventiva para superar los inconvenientes que se pudieran suscitar y que puedan incidir en su reputación.
La responsabilidad social se impone como una tendencia determinante de las buenas prácticas de la gestión de las organizaciones en todo el mundo. Esta debe basarse en información estrictamente verdadera y verificable, que por ninguna razón puede ser objeto de cuestionamiento por considerarse insuficiente, infundada u puramente publicitaria.
Sostenibilidad es un elemento clave en el equilibro social y económico que promueve beneficios a través de acciones que afirman que la empresa está haciendo lo correcto para construir un futuro mejor para todos. A través de la responsabilidad social empresarial se busca el crecimiento económico sostenible en un contexto complejo y sensible evitando actividades económicas que causen daño irreversible al planeta; por suerte los empresarios actualmente están generando un nuevo paradigma administrativo que incluye la gerencia del cuidado del medio ambiente para minimizar los impactos negativos de su negocio y crear sociedades con una mejor calidad de vida.
La sustentabilidad del sistema es prioritaria para todos los actores que participan en las relaciones comerciales y sociales. Las organizaciones tienen el deber de introducir planes que generan un compromiso social, sin que esto tenga que deteriorar su rentabilidad; por el contrario, se ha demostrado qué empresas socialmente responsables sean también altamente rentables. Las empresas tienen el compromiso de desarrollar una conciencia crítica sobre la tarea que tienen dentro de las comunidades, desde sus colaboradores, la cadena de valor, sus clientes, en gobierno y la comunidad en general.