Sudamérica arde: la cifra de incendios en 2024 es la más alta en los últimos 15 años
Escrito por Manuel Pineda Curiel |
En septiembre de 2024, Sudamérica atravesó una de sus peores crisis ambientales con más de […]
En septiembre de 2024, Sudamérica atravesó una de sus peores crisis ambientales con más de 139,000 incendios forestales reportados, siendo la Amazonía la región más afectada. Según datos del Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE), se registraron un total de 350,370 focos de calor en lo que va del año, superando las cifras de los últimos 15 años. Brasil y Bolivia concentran la mayor parte de los incendios, representando más del 68 por ciento de los casos en la región.
Los incendios han causado daños significativos en áreas clave como la Amazonía y el Pantanal, afectando millones de hectáreas de bosque, lo que pone en riesgo no solo la biodiversidad, sino también la calidad del aire en toda Sudamérica. En ciudades desde Brasil hasta Argentina, las emisiones de humo han llevado a la suspensión de vuelos y el aumento de enfermedades respiratorias. Además, más de 4 millones de hectáreas de bosques y pastizales han sido destruidas, afectando a las comunidades locales que dependen de estos recursos.
Este alarmante incremento de incendios es consecuencia tanto de sequías históricas como de prácticas agrícolas inadecuadas, exacerbadas por el cambio climático. Los expertos destacan la necesidad urgente de acciones globales y coordinadas para abordar esta crisis, que no solo afecta a la región, sino también al clima global.
Pérdidas y más pérdidas
La destrucción de más de 4 millones de hectáreas de bosques y pastizales afecta gravemente a las economías locales. Las comunidades que dependen de estos recursos, incluidos los pequeños agricultores y pueblos indígenas, ven afectada su subsistencia, al perder áreas productivas y recursos clave para su sustento. Además, el costo para los gobiernos en términos de combate al fuego, recuperación de tierras, y atención de crisis es inmenso.
Se estima que la deforestación y los incendios forestales en la Amazonía provocan pérdidas económicas de miles de millones de dólares anuales, relacionadas tanto con la pérdida de servicios ecosistémicos como con el impacto en sectores como el turismo y la agricultura.
En el ámbito agrícola, la quema de grandes áreas de pastizales y bosques no solo provoca la pérdida de cultivos y ganado, sino que también degrada el suelo, lo que reduce la productividad a largo plazo. El sector agrícola, crucial para las economías de países como Brasil y Bolivia, podría enfrentar pérdidas significativas por la reducción de la capacidad de producción y el aumento de la inseguridad alimentaria.
Además, la calidad del aire se ha deteriorado gravemente en las zonas afectadas, lo que conlleva a un aumento en los gastos de salud pública debido a enfermedades respiratorias. A largo plazo, la destrucción de la Amazonía también puede impactar en la captura de carbono, lo que influirá en los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático.