El carbón: Auge y desafíos en un mundo de energías limpias

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Escrito por verdes |

Pese al auge de las energías limpias, continuará creciendo el consumo de carbón como combustible, […]

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Pese al auge de las energías limpias, continuará creciendo el consumo de carbón como combustible, tanto para generar electricidad, como para la industria.

El consumo de carbón como combustible se ha duplicado en el mundo en las últimas tres décadas, a pesar de que se tiene la percepción de que es un combustible del pasado. Incluso, la Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé que en 2024 alcanzó un nuevo récord de 8,770 millones de toneladas, muy por encima de las 8,530 toneladas del año anterior.

El organismo prevé que la demanda se mantendrá cerca de este nivel hasta 2027, debido a que las fuentes renovables están desempeñando un papel más importante en la generación de energía y debido a que el consumo de este recurso se está estabilizando en China.

De acuerdo con World Popultation Review, en 2024 este país fue el que más consumió este combustible, seguido de India, Estados Unidos, Alemania y Rusia. La AIE indica que una de cada tres toneladas que se consume en todo el mundo se quema en una central eléctrica de esta nación.

“Los factores climáticos, en particular en China, el mayor consumidor de carbón del mundo, tendrán un impacto importante en las tendencias a corto plazo de la demanda de carbón. La velocidad a la que crezca la demanda de electricidad también será muy importante a mediano plazo”, indicó Keisuke Sadamori, director de Mercados y Seguridad Energética de la AIE, en un comunicado.

Por fortuna, en 2024 China siguió diversificando su sector eléctrico, avanzando en la construcción de plantas nucleares y acelerando su enorme expansión de la capacidad solar fotovoltaica y eólica, agregó el organismo. 

Escenarios opuestos

En la mayoría de las economías avanzadas la demanda de este combustible ya alcanzó su punto máximo y se espera que siga bajando hasta 2027. Sin embargo, el ritmo de la disminución dependerá de la promulgación de políticas sólidas, como las implementadas en la Unión Europea, y de la disponibilidad de fuentes de energía alternativas, incluido el gas natural barato en Estados Unidos y Canadá.

Pero países como India, Indonesia y Vietnam viven otra realidad, pues la demanda de este recurso sigue aumentando conforme incrementa la necesidad de energía eléctrica, de la mano del crecimiento económico y demográfico. También la industria está entre los principales consumidores.