2021, el año de la verdad, las (des)esperanzas de la COP26

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Por Rodrigo Manrique Gómez Pimienta, Director Ejecutivo de IASE México “No se debe construir una […]

Por Rodrigo Manrique Gómez Pimienta, Director Ejecutivo de IASE México
“No se debe construir una central de carbón más en el mundo”, declaró contundente en diferentes foros António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP26, que se celebrará en Glasgow, Escocia, y en donde se abocan las más profundas esperanzas para lograr la llamada coalición global para la neutralidad del carbón.
Después de posponer esta cumbre debido a la pandemia, dicho evento —el más ambicioso en el tema, políticamente hablando— pretende jugarse todas sus cartas. Y es que la consigna de Glasgow, que continúa con lo pactado en el Acuerdo de París, es volvernos un mundo de carbón neutral para 2050 y reducir cerca de 50 por ciento de las emisiones para 2030 por parte de las naciones más desarrolladas. Y es que nada más el G20 genera cerca de 78 por ciento de las emisiones globales.
El reto no es menor, y aunque las potencias muestran interés (Europa dice que sí será una zona de cero carbón para 2050 y China aseguran lo mismo para antes de 2060), 2019 fue el año de más emisiones de GEI, y en 2020, aunque se redujeron las emisiones por el encierro mundial, fue el año más cálido de la historia. Sumemos a eso que el día que se escribe este artículo se revelan en medios internacionales (como The Guardian) supuestas presiones por parte de empresas y países productores de petróleo y carbón así como de productos de carne para evitar o aminorar las recomendaciones del IPCC en la COP26, a tan sólo unos días de su inicio.
No seremos ingenuos. Si bien estas cumbres deben mostrar la más alta jerarquía en el ejercicio del liderazgo mundial para alcanzar acuerdos muchas veces descomunales, lo cierto es que pocas veces se llegan a los resultados esperados.
Estoy convencido de que nuestra visión tiene que oscilar entre lo macro y lo micro. En lo macro ubico estas grandes negociaciones de líderes de alto nivel político, a las que si bien se suman innumerables organizaciones de la sociedad civil, activistas y un amplísimo sector empresarial, son la decisiones políticas de altos rangos (nos guste o no) las que detonarán cambios significativos ante metas así de ambiciosas. Por el otro lado, lo veo desde una versión micro, a través de la esfera de la sociedad civil.
Yo represento una asociación en México que nació de las ambiciones del Acuerdo de París. Es una consecuencia de esas grandes negociaciones y que un grupo de expertos en ESG pudo concretar para promover la sostenibilidad a nivel mundial. El sector empresarial y financiero así como la vida profesional de las personas serán los elementos fundamentales para lograr una transformación en nuestro estilo de vida, en enfocar nuestro quehacer y la enseñanza de nuestros hijos hacia la conservación del entorno y vivir una vida basada en la ética, léase aquí también ética profesional.
“2021 es el año de la verdad en materia de cambio climático”, dice Guterres, y aunque no cabe duda que de eso estaremos pendientes en esta cumbre, no podemos esperar. Una enorme masa en el mundo y en la sociedad ya estamos trabajando para hacer las cosas diferentes, las hacemos de otra forma y estamos enseñando a otros a hacerlo. Esa verdad ya se ha mostrado, es palpable y es la nuestra.