Política ambiental mexicana: mitos y realidades
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La política ambiental reúne acciones, organizaciones y leyes implementadas por los gobiernos que están dedicadas […]
La política ambiental reúne acciones, organizaciones y leyes implementadas por los gobiernos que están dedicadas a la atención y protección del medio ambiente.
Por: Tania Mijares, Directora Relaciones Institucionales en B+FA
En México contamos con un conjunto de políticas ambientales como son: la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), la Ley General de Cambio Climático, la Ley General de Vida Silvestre y la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, entre otros. El derecho a un medio ambiente sano es un derecho que se encuentra expresado en el artículo cuarto de la Constitución. Hasta antes de la llegada del Gobierno actual contábamos con instituciones como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO) y la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA).
Desafortunadamente desapareció el INECC y próximamente la CONABIO, instituciones que por años fortalecieron la política ambiental mexicana.
Cuando hablamos de política ambiental, la pregunta que viene a la mente es: ¿y eso, qué es? Y ¿para qué sirve?
A la política ambiental la podemos definir como todas aquellas acciones, organizaciones y leyes implementadas por los gobiernos que están dedicadas a la atención y protección del medio ambiente.
La política ambiental sirve como un instrumento de ordenamiento y manejo gubernamental por el cual se permiten, se prohíben, se incentivan y/o sancionan ciertas acciones y prácticas que impactan en el medio ambiente. Esto puede ser regular la contaminación en todas sus vertientes y modalidades, las transformaciones ecológicas de una determinada región ante la acción humana y sus efectos en la sociedad y el medio ambiente: como los impactos en la salud o en los ecosistemas, etcétera. Pero también la política ambiental es de suma utilidad para el gobierno en el diseño, implementación y algunas veces evaluación de los distintos programas y proyectos realizados para la conservación, el cuidado y la protección tanto de la naturaleza como del medio ambiente.
La política ambiental es utilizada por los gobiernos para establecer las formas por las cuales se controlan y distribuyen los recursos naturales. En un territorio como el nuestro donde hay diversos recursos naturales de importancia, minerales, petróleo, gas, especies de flora y fauna, recursos maderables, entre muchos otros, los problemas ambientales se encuentran a la orden del día: tala ilegal, extracción indebida de flora y fauna, incendios, descargas de aguas residuales, manejo de residuos tóxicos, sequía, especies en peligro de extinción, mal manejo de los residuos, contaminación ambiental, cambio climático, incumplimiento de leyes, normas y reglamentos, por nombrar algunos.
Y si bien México cuenta con un robusto sistema legal ambiental y también cuenta con algunas instituciones que contribuyen a que la política ambiental mexicana pueda escalarse a un nivel más avanzado, en la realidad es que, la problemática ambiental se encuentra rebasada en nuestro país. Junto a la política ambiental es necesario contar con esquemas muy claros de transparencia, cumplimiento y aplicación de la Ley. Por desgracia en la actualidad no se le da la importancia que debería tener este sector prioritario, no solo para el desarrollo del país, también para la salud, la economía y los aspectos sociales.
Cuando mencionamos que el derecho a un “medio ambiente sano” se encuentra en nuestra Constitución, estamos hablando de una garantía, lo que significa que el Estado debe velar y realizar todo lo que está en su poder para conseguirlo. Y nosotros como ciudadanos debemos exigir que se realice todo lo necesario para que nuestro ambiente sea saludable.