Combatir el calentamiento global
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Por: Martín Rincón, Director de Sustentabilidad y Operaciones de Bio Pappel Cada que se presentan […]
Por: Martín Rincón, Director de Sustentabilidad y Operaciones de Bio Pappel
Cada que se presentan fenómenos como intensas y extensas olas de calor, sequías, incendios forestales o torrenciales lluvias, se encienden las alarmas y se reactivan las discusiones dentro de la agenda pública sobre el calentamiento global.
Lo ideal sería que la humanidad siempre estuviera alerta al fenómeno del calentamiento, pero a veces son las sacudidas climáticas las que nos hacen reflexionar, como está sucediendo con las olas de calor que se han extendido prácticamente a todo el territorio mexicano.
Actualmente, muchas empresas, organizaciones internacionales y grupos ciudadanos están enfocados en acciones para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Sus esfuerzos son muy valiosos, pero todavía hace falta más, porque el mundo va contrarreloj para evitar que se incremente la temperatura global más allá de los límites convenidos en el Acuerdo de París.
Reducir la emisión de los GEI, definidos como los que atrapan la radiación solar y elevan la temperatura, es el gran objetivo. ¿Y cómo estamos actualmente en la emisión de los GEI? A continuación, presentamos la última cuantificación oficial:
Según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), existen motivos de preocupación. Este organismo mide los niveles atmosféricos de tres grandes GEI: metano, dióxido de carbono y óxido nitroso. En su reporte emitido en octubre de 2022 consigna lo que sucedió entre 2020 y 2021, que coincidió, por cierto, con el periodo más preocupante de la pandemia.
En dichos años, las emisiones de metano aumentaron a su mayor tasa en 40 años, algo que la comunidad científica aún está estudiando para conocer más detalles sobre las razones de este repunte, aunque se anticipa que podrían ser procesos inducidos por el ser humano.
Este gas es el segundo en importancia por su contribución al cambio climático y su peligrosidad radica en que puede permanecer en la atmósfera hasta 10 años.
Respecto al dióxido de carbono (CO2), las noticias no son muy alentadoras, ya que este es el gas que más contribuye al efecto de calentamiento global y se acumula casi de manera indefinida en la atmósfera. El informe señala que en 2021 su nivel fue 149% superior al que tenía en la época preindustrial. Y si observamos la tasa con la que creció entre 2020 y 2021, está por arriba de la media alcanzada en la última década.
En tanto que el óxido nitroso (N2O), en ese mismo periodo, tuvo el mayor crecimiento de los últimos 10 años. Su peligrosidad es alta, pero es el que menos contribuye en emisiones.
Emisión de gases
El incremento actual del calor, y el que se pronostica en el mediano plazo, seguramente será resultado de este proceso de emisión gases, y ya nadie puede negar esta realidad.
¿Qué hacer? Reforzar las acciones de captura de CO2, que son las que más impacto tienen para frenar un poco las emisiones, así como intensificar la defensa de la permanencia de los bosques, el cuidado de los suelos y el uso de otras acciones enmarcadas en la economía circular, como el reciclamiento de agua y la generación de electricidad con fuentes renovables, estrategias que hemos logrado implementar de manera exitosa dentro de las operaciones de Bio Pappel y, ejemplo de ello, es que tan sólo en el 2022 registramos la captura de 7.73 millones de toneladas de CO2e.
Y, aunque a veces el panorama pueda ser nuboso, de ninguna manera las empresas podemos frenar nuestra contribución para mejorar el ambiente. Cada quien, desde su trinchera, debe seguir avanzando, pero, además, hoy en todos los sectores se requieren liderazgos que puedan impulsar acciones más contundentes para detener el proceso.