Develan que el mercado de bonos climáticos no funciona

Manuel Pineda Curiel

Escrito por Manuel Pineda Curiel |

A pesar de su potencial para empujar la transición hacia una economía más verde, los bonos climáticos vinculados a la sostenibilidad (SLB, por sus siglas en inglés) están enfrentando serios obstáculos para cumplir con sus objetivos ambientales.

Bonos climáticos

A pesar de su potencial para empujar la transición hacia una economía más verde, los bonos climáticos vinculados a la sostenibilidad (SLB, por sus siglas en inglés) están enfrentando serios obstáculos para cumplir con sus objetivos ambientales, revela un nuevo estudio realizado por la organización sin ánimo de lucro Climate Bonds Initiative (CBI).

Según el informe de la CBI, más del 80 por ciento de los 768 bonos vinculados a la sostenibilidad emitidos desde 2018 hasta noviembre del año pasado no están alineados con los objetivos climáticos globales. Esto plantea interrogantes sobre la efectividad de estos instrumentos financieros en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los SLB, concebidos como una versión modificada de los bonos tradicionales, incorporan incentivos para que los emisores cumplan con metas específicas de sostenibilidad. Sin embargo, la mayoría de estos bonos, en lugar de promover la sostenibilidad, se quedan cortos en términos de alineación con los objetivos climáticos globales, según el estudio de la CBI.

Falta de eficiencia

Aunque los SLB ofrecen flexibilidad a los emisores, permitiéndoles destinar los ingresos a fines generales en lugar de proyectos específicos, su falta de alineación con los objetivos climáticos plantea preocupaciones sobre la calidad y credibilidad del mercado.

Entre los principales problemas identificados por la CBI se encuentran deficiencias en el diseño y la ejecución de los SLB, así como problemas de calibración, informes deficientes y débiles planes de descarbonización por parte de los emisores. Además, los inversores suelen carecer de los recursos necesarios para evaluar adecuadamente la calidad de los bonos, lo que dificulta la identificación y exclusión de los SLB de baja calidad.

A pesar de estos desafíos, el año pasado se observaron algunas mejoras, con el 33 por ciento de los SLB emitidos ajustándose a los objetivos climáticos. Esto coincidió con la publicación de las directrices de la CBI, que se espera que contribuyan a impulsar la inversión en este tipo de instrumentos financieros.

Sin embargo, para que los bonos vinculados a la sostenibilidad puedan cumplir su promesa de impulsar la descarbonización y promover una transición hacia actividades más sostenibles, será necesario abordar las deficiencias identificadas y asegurar que los objetivos de rendimiento estén alineados con una senda de 1.5 grados en todas las áreas de emisiones.