Con tecnología de punta, buscan diminuir las emisiones de GEI
Escrito por verdes |
La producción de proteínas sobrecarga los recursos naturales finitos, los niveles de gases de efecto invernadero y la producción agrícola.
A medida que el mundo aumenta la producción de proteínas (para 2050 el crecimiento esperado es de 445 millones de toneladas por año, según el World Resources Institute), también lo hace la sobrecarga de recursos naturales finitos, elevando los niveles de emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) y sobre la producción agrícola.
Para responder a estos y otros desafíos que enfrenta la industria de la proteína animal, Royal DSM, una empresa mundial basada en la ciencia para la nutrición, la salud y la vida sostenible, creó la iniciativa “Lo hacemos posible” (“We Make It Possible”, en inglés).
A través de su segmento de negocio de Nutrición y Salud Animal, la empresa contribuye a la reducción de emisiones provenientes de la producción de proteína animal y ayudar a reducir la dependencia de la soya, maíz y trigo, al tiempo que está comprometida para acelerar el desarrollo de soluciones que contribuyen a una transformación viable para un futuro sostenible.
“Nuestro objetivo, es proporcionar tecnologías que extraigan el máximo valor nutricional de las materias primas forrajeras, generando un impacto significativo en el medio ambiente y en el rendimiento y salud animal”, dice Carlos Saviani, líder de sostenibilidad global en Royal DSM.
La iniciativa está en línea con los ODS de la ONU y destaca seis importantes plataformas de sostenibilidad, dos de las cuales son: “Reducir las emisiones en la producción animal” y “Utilizar los recursos naturales de manera eficiente”.
En línea con lo anterior, el portafolio de enzimas alimentarias de DSM, permite mejorar la digestibilidad de los alimentos y, al mismo tiempo, contribuye a la reducción de las emisiones indirectas de GEI asociadas a la producción animal y sus deshechos.
La alimentación animal aporta el 80 por ciento de la huella ambiental y la inclusión de enzimas alimentarias en la dieta, según estudios de DSM, permiten reducir hasta 17 por ciento las emisiones de nitrógeno y hasta 70 por ciento menos de fósforo en el estiércol.
Como complemento, también hay una mitigación del 8 al 12 por ciento en el uso de harina de soya y del 50 al 100 por ciento en el uso de fosfatos de roca. En asociación con Novozymes, DSM desarrolló dos tecnologías innovadoras que contribuyen a la reducción de las emisiones de nitrógeno y fósforo, al tiempo que mejoran la digestibilidad de los alimentos y extraen más nutrientes de las materias primas: RONOZYME®ProAct y RONOZYME®HiPhos.
La proteasa RONOZYME®ProAct rompe las moléculas de proteínas y péptidos en partículas aún más pequeñas, lo que permite disminuir los flujos de nitrógeno y aumentar el poder de absorción de los ingredientes, principalmente maíz y soja. Esta tecnología permite un uso más eficiente de la proteína y reduce los costos de alimentación sin comprometer el rendimiento animal.
Por ejemplo, en la dieta de los pollos de engorda, la digestibilidad de la proteína cruda es del 82.6 por ciento, lo que permite una reducción del 17 por ciento de nitrógeno en las heces y hasta 5 por ciento en las emisiones de GEI.
Por su parte, la fitasa RONOZYME®HiPhos, aumenta la liberación de fósforo presente en el alimento animal, contribuyendo a una mayor absorción de este elemento químico por cerdos y aves. Así, la necesidad de fosfato en el pienso exógeno es menor, optimizando los costos de producción, además de reducir el impacto medioambiental, ya que los animales excretan menos fósforo.