COP29: La contienda global por el financiamiento climático
Escrito por Manuel Pineda Curiel |
La próxima Conferencia de las Partes (COP29), que se celebra actualmente en Bakú, Azerbaiyán, promete […]
La próxima Conferencia de las Partes (COP29), que se celebra actualmente en Bakú, Azerbaiyán, promete ser un escenario de intensas negociaciones y disputas en torno a un tema crucial: el financiamiento climático. Esta conferencia tiene como objetivo principal establecer un compromiso más ambicioso de los países desarrollados para aportar fondos a las naciones en desarrollo, buscando superar la meta actual de 100,000 millones de dólares anuales, destinada a ayudar a estas naciones en su transición hacia una economía verde y resiliente ante el cambio climático.
El compromiso de los países ricos de destinar 100,000 millones de dólares por año a los países en desarrollo se estableció en 2009, en la COP15 de Copenhague, con la intención de que estos fondos ayudaran a mitigar los efectos del cambio climático y a financiar iniciativas de adaptación. Sin embargo, a pesar de los compromisos, la cifra aún no se ha alcanzado consistentemente. Según un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2020 los países donantes aportaron solo 83,300 millones de dólares, evidenciando una brecha persistente y la necesidad de una reestructuración en la financiación climática.
Ante la creciente crisis climática, las naciones en desarrollo, que ya enfrentan graves efectos del cambio climático como sequías, inundaciones y ciclones, exigen que los países industrializados aumenten y cumplan sus compromisos financieros. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las pérdidas económicas en los países en desarrollo por efectos climáticos extremos han aumentado en más de un 200 por ciento en la última década, lo cual hace que los 100,000 millones de dólares ya no sean suficientes para cubrir las necesidades de adaptación y mitigación. Organizaciones y gobiernos de países vulnerables están pidiendo elevar el financiamiento a un mínimo de 200,000 millones de dólares anuales.
Expectativas de la COP29
El desafío para la COP29 es que muchos países desarrollados consideran que incrementar esta meta es complicado en medio de las actuales crisis económicas. Sin embargo, algunos gobiernos europeos, como Alemania y Francia, han expresado que están abiertos a discutir un aumento, aunque aún no se han comprometido con cifras concretas.
John Kerry, enviado especial de Estados Unidos para el clima, comentó recientemente que la administración estadounidense considera que el sector privado debe jugar un papel fundamental en la financiación climática. “No podemos esperar que todos los recursos vengan de los gobiernos. Las empresas y los inversores privados deben asumir un rol protagónico”, afirmó Kerry. Esta postura podría abrir un nuevo debate en la COP29 sobre cómo canalizar más capital privado hacia el financiamiento climático, aunque los países en desarrollo insisten en que los gobiernos deben asumir una mayor responsabilidad.
Otro tema clave que se espera en la COP29 es el establecimiento de mecanismos concretos para financiar la “adaptación” y cubrir “pérdidas y daños”. En la COP27, se acordó la creación de un fondo para pérdidas y daños, destinado a compensar a las naciones vulnerables por los desastres causados por el cambio climático. Sin embargo, aún no se han definido detalles sobre cómo se recaudará este fondo ni cuál será su volumen anual. Establecer un esquema de contribuciones concretas y acordar las cantidades exactas será crucial para avanzar en la COP29.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el costo de la adaptación para los países en desarrollo podría superar los 500,000 millones de dólares al año para 2050 si las temperaturas globales aumentan más allá de los 1.5°C. Esto deja claro que el financiamiento climático debe expandirse de forma significativa y que cualquier aumento en la meta actual será solo un primer paso.
El rol del sector privado
Se espera que, durante la COP29, los países desarrollados busquen promover el papel del sector privado en la transición climática, especialmente en financiamiento para energías renovables y tecnologías limpias. Se espera que se discutan incentivos para atraer inversiones privadas y capitales de riesgo hacia proyectos de adaptación y mitigación en países en desarrollo, donde la inversión privada ha sido limitada debido a la falta de garantías de retorno.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han señalado que incrementar la participación privada es esencial para cerrar la brecha de financiamiento. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha advertido que “sin un aumento en la inversión privada, los países en desarrollo enfrentan un riesgo cada vez mayor de quedarse atrás en la carrera por la resiliencia climática.”
En definitiva, la COP29 representa una oportunidad crucial para redefinir los compromisos financieros en torno al cambio climático y para avanzar en un modelo de cooperación global que permita enfrentar los efectos de esta crisis sin precedentes.