Crean coalición regional para la gestión de residuos

Uno de los grandes retos en América Latina y el Caribe, es avanzar hacia una economía circular que ayude a que los países de la zona, minimicen su impacto ambietal y aprovechen y gestionen adecuadamente los recursos.

Y es que de acuerdo con datos de la CEPAL, en América Latina y el Caribe, se desperdician alrededor de 127 millones de toneladas anuales de alimentos, lo que equivale a un tercio de los que se producen en la zona. Esto, pese que algunos de los países de la región, registran altos índices de pobreza alimentaria.

Pero no sólo eso, en casi totalidad de los países, uno de los principales lastre en materia ambiental, es la disposición y gestión de los residuos, que son depositados en vertederos a cielo abierto y que, representan, un foco abierto de contaminanción. De la mano, la actividad de recolección de residuos urbanos principalmente, se realiza de manera informal por grupos de personas que realizan las faenas en condiciones de alto riesgo para su salud.

En este contexto, la Coalición de Economía Circular de América Latina y el Caribe, formada en 2021, lanzó recientemente la publicación “Economía circular en América Latina y el Caribe: Una visión compartida”.

En ella, se buscan establecer lazos de trabajo y entendimiento entre los países miembro de dicha coalición que ayuden a la comprensión entre lo que es o no la economía circular y qué oportunidades trae a la región, así como también la forma en la que se podrán abordar los desafíos.

El documento presentado, está basado en tres ejes: 

1.- Eliminar los residuos y la contaminación.

2.- Hacer circular los productos y materiales al máximo nivel

3.- Regenerar la naturaleza.

Con esta iniciativa, se pretende fomentar una recuperación que vaya más allá de los efectos generados por el COVID-19 y que con ello, las actividades de cada nación, se alejen del modelo económico lineal y extractivo.

Uno de los avances alcanzados por la coalición, es la indentificación de temas y desafíos comunes que son prioritarios y que, los países presentan en materia de economía circular. De esta manera, se estableció al plástico, aparatos electrónicos, alimentos, materiales de construcción y agricultura como los residuos que mayores retos singnifican para las naciones de la zona, así como la gestión, recolección y disposición de residuos generados por las grandes ciudades y actividades turísticas.

El edocumeto “Una visión compartida”. No puede tener éxito sin tener una visión inclusiva, pues como se mencionó, uno de los retos importantes para generar un desarrollo social y económico equitativo, es superar las condiciones en las que se lleva acabo la recoleción de residuos en los centros urbanos y las periferias de las principales ciudades.

En este sentido, el proyecto además de mejorar las condiciones laborales de quienes ya están inmersos en el proceso de recolección, también debe sentar las bases para desarrollar cadenas de valor que permitan generar nuevos negocios y empleos bien remunerados para quienes se vayan incorporando al proceso de desarrollo de la economía circular.

Para ello, el trabajo conjunto entre los países para generar políticas públicas y marcos normativos afines a la creación de una economía circular eficiente, será fundametal, pues actualmente, el avance regulatorio entre los países de la coalición, es asimétrico, lo cual deberá ser uno de los principales puntos a resolver para poder alcanzar los objetivos para los que fue trazado.