Desinformación y confusión entorno al cambio climático

El cambio climático es una realidad innegable que amenaza el futuro de nuestro planeta y de nuestra civilización. Sin embargo, hay quienes se empeñan en negar esta evidencia científica y difundir falsedades para desacreditar las soluciones verdes que podrían mitigar sus efectos devastadores.

Una de las principales fuentes de desinformación sobre el cambio climático son las plataformas digitales como YouTube, donde se pueden encontrar miles de videos que cuestionan la existencia o la gravedad del calentamiento global, o que atacan a las energías renovables como una alternativa inviable o incluso perjudicial. Según un estudio realizado por el grupo Climate Feedback, 80 por ciento de los videos sobre cambio climático en YouTube contienen afirmaciones falsas o engañosas, y 60 por ciento de ellos se centran en desacreditar las energías renovables.

Algunos de los argumentos que utilizan estos videos para sembrar la duda sobre el cambio climático y las soluciones verdes son que el cambio climático es un fenómeno natural que no tiene nada que ver con la actividad humana. Esta afirmación ignora el consenso científico que demuestra que el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, causado principalmente por la quema de combustibles fósiles, es el responsable del incremento de la temperatura media global y de sus consecuencias como el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos o la alteración de los ecosistemas.

Otro argumento que utilizan es que el cambio climático es una conspiración de los gobiernos, las corporaciones o los medios de comunicación para controlar a la población o para beneficiarse económicamente. Esta afirmación carece de sentido lógico y evidencia empírica, ya que son precisamente los intereses económicos y políticos de los sectores más contaminantes los que se oponen a las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para impulsar la transición energética hacia fuentes más limpias y sostenibles.

También alegan que las energías renovables son caras, ineficientes e inseguras, y no pueden sustituir a los combustibles fósiles. Esta afirmación es falsa y obsoleta, ya que las energías renovables han experimentado un gran avance tecnológico y una reducción de costos en los últimos años, lo que las ha convertido en una opción competitiva y rentable frente a los combustibles fósiles. Además, las energías renovables son más seguras y menos contaminantes que los combustibles fósiles, ya que no generan emisiones nocivas ni residuos peligrosos, y no dependen de recursos limitados ni sujetos a conflictos geopolíticos.

Otra premisa es que los vehículos eléctricos contaminan más que los de combustión. Esta afirmación es engañosa y sesgada, ya que solo tiene en cuenta el impacto ambiental de la fabricación de las baterías, pero no el del ciclo de vida completo de los vehículos. Según varios estudios, los vehículos eléctricos emiten entre 50 y 70 por ciento menos de gases de efecto invernadero que los vehículos de combustión a lo largo de su vida útil, teniendo en cuenta tanto la producción como el uso y el reciclaje. Además, los vehículos eléctricos contribuyen a mejorar la calidad del aire al no emitir partículas ni óxidos de nitrógeno que afectan a la salud humana.

Ante estos intentos de manipulación, los expertos señalan que es importante difundir la verdad sobre el cambio climático y las soluciones verdes entre nuestro entorno social y digital, para contrarrestar el efecto nocivo de la desinformación. Solo se podrá crear una conciencia colectiva sobre la urgencia y la responsabilidad de actuar frente al mayor desafío al que se enfrenta la humanidad en este siglo.