Alemania decidió abandonar la energía nuclear antes que el carbón
Escrito por Manuel Pineda Curiel |
Hace un año, Alemania sorprendió al mundo al desconectar sus últimas tres centrales nucleares como […]
Hace un año, Alemania sorprendió al mundo al desconectar sus últimas tres centrales nucleares como parte de su estrategia energética. Esta decisión, en un momento marcado por el cambio climático, la urgencia de abandonar los combustibles fósiles y la crisis energética desatada por la invasión de Ucrania por Rusia, ha generado un intenso debate global. ¿Por qué Alemania optó por dejar la energía nuclear antes que el carbón?
La respuesta radica en la evolución sociopolítica de posguerra en Alemania, donde el movimiento antinuclear surgió antes que el discurso público sobre el clima. Desde las protestas masivas hasta la formación del Partido Verde, el país adoptó una postura antinuclear arraigada en desconfianza hacia la tecnocracia y preocupaciones ecológicas y de seguridad.
Los activistas abogaron por alternativas renovables como la energía solar y eólica, no solo por razones ambientales, sino también como un medio para descentralizar el poder y promover la participación ciudadana.
Esta postura antinuclear influenció la política alemana, llevando a la prohibición de nuevas centrales nucleares y al compromiso de cerrar las existentes para 2022. La transición hacia las energías renovables se aceleró, con un aumento significativo en la generación de energía renovable y una notable participación ciudadana en proyectos energéticos.
A pesar de algunas preocupaciones sobre el suministro energético y los precios, la salida de Alemania de la energía nuclear ha sido relativamente suave. La distribución de la generación eléctrica ha cambiado notablemente, con un aumento en la participación de las energías renovables y una reducción en la dependencia del carbón.
El costo de la transición energética
El abandono de la energía nuclear, decidido en 2011 tras la catástrofe de Fukushima, ha llevado a Alemania a depender más del carbón en el corto plazo, lo que ha suscitado críticas tanto a nivel nacional como internacional. La activista medioambiental Greta Thunberg ha calificado la decisión de “un error”, destacando la necesidad de acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables.
En cuanto a los costos, la transición energética de Alemania es una inversión considerable. Las subvenciones gubernamentales para la construcción de centrales de gas, que ayudarán a dejar el carbón y cubrir el déficit de las nucleares, se estiman entre 16,000 y 20,000 millones de euros durante veinte años. Además, el gobierno alemán ha acordado indemnizaciones por 2,428 millones de euros con los grupos energéticos afectados por el abandono de la energía nuclear.
El cambio de los combustibles fósiles hacia las energías renovables también ha generado una demanda creciente de nuevos perfiles profesionales. Los trabajos en el sector de las energías renovables en Alemania han experimentado un resurgimiento notable, con aproximadamente 350,000 puestos de trabajo en la actualidad. Este número refleja una recuperación y un crecimiento sostenido desde la caída que sufrió el sector hace 15 años.
La demanda de personal cualificado es más alta que nunca, especialmente para los llamados “empleos verdes”. Estos incluyen una variedad de roles, desde la instalación de sistemas fotovoltaicos y aerogeneradores hasta la gestión de proyectos de eficiencia energética y la innovación en tecnologías sostenibles. La transición energética ha abierto oportunidades para que tanto trabajadores nacionales como internacionales contribuyan a este cambio significativo.
A pesar de estos desafíos, la transición energética ofrece un potencial considerable para el crecimiento económico y la creación de empleo. Se espera que el número de puestos de trabajo en el sector de las energías renovables aumente significativamente en los próximos años, con un incremento proyectado del 147 por ciento solo entre 2019 y 2021. Esto indica que la transición energética no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad económica para Alemania.