El Arca de semillas y un tratado, buscan erradicar el hambre

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Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las sociedades actuales, es seguir produciendo alimentos ante un contexto de cambio climático.

Arca de semillas

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las sociedades actuales, es seguir produciendo alimentos ante un contexto de cambio climático. En la actualidad, los productores no sólo hacen frente a las distintas plagas que afectan las cosechas o la escaez de agua, también enfretan el incremento de la temperatura del planeta.

Este fenómeno, ha llevado a diversos países a realizar pruebas y modificaciones genéticas para hacer más resistentes sus principales cultivos, entre ellos, la papa, el arroz, el trigo y el maíz, ante efectos de cambios abruptos de temperatura o resistentes a nuevas especies o enfermedades que afectan la producción de alimentos.

Dicha práctica además, se ha convertido en una tarea de intercambio de semillas de prueba para que otros países, repliquen o adapten sus propias semillas de cultivo con la finalidad de mantener la productividad agrícola que hoy enfrenta, no sólo altas temperaturas, si no también, sequías, inundaciones, incendios forestales, plagas y desplazamientos entre otros fenómenos que impactan la producción agrícola a nivel mundial.

En el 2004, entró en vigor el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura impulsado desde la FAO. El objetivo primario de este proyecto, es combatir el hambre a través de la conservación de los recursos fitogenéticos para la agricultura con la finalidad de que no se pierda la diversidad de semillas que tiene el planeta para la alimentación.

Dicho tratado, permite que los 144 países firmantes, puedan hacer la petición de la prueba de una semilla para hacer los estudios de adaptación en sus tierras agrícolas con la finalidad de incremenar la productividad de un cultivo en específico.

Anteriormente, los países hacían la petición directa a otro país y la respuesta, podía llevar mucho tiempo o ser negada debido a que las leyes o normas entre el países, no son homogénas en materia de investigación agrícola.

Con el tratado, los países miembro, cumplen lineamientos estandarizados que les permite acceder con mayor oportunidad a los estudios realizados en las semillas en la otra parte del mundo, para verificar su aplicación y factibilidad para ser sembradas y producidas en otra región en donde las condiciones climáticas estén generando hambrunas.

El tratado está respaldado por el Depósito Mundial de Semillas de Svalvard en Noruega, proyecto que alberga dos copias de cada una de las colecciones nacionales e internacionales de semillas de los países miembro del tratado. El objetivo de este almacen mundial, es asegurar la producción de alimentos ante un gran evento climático o desastres naturales.

De esta manera, en la actualidad, el tratado resguarda para el intercambio de muestras fitogenéticas 64 plantas base de cultivo, de las cuales, existen 2 millones de pruebas que representan el 80 por ciento de las plantas de la ingesta alimentaria a nivel mundial.

Hasta el momento, el tratado ha identificado 300 muestras de alto rendimiento y resistentes al estrés climático y tolerantes a diversas enfermedades; dicho proyecto, va camino a desarrollar al menos 90 variedades nuevas de arroz, maíz, trigo, frijol, papa y mijo entre otros.