El desafío para ofrecer autos eléctricos a bajo costo
Escrito por verdes |
En un mundo que demanda vehículos eléctricos asequibles, los grandes fabricantes de automóviles enfrentan un […]
En un mundo que demanda vehículos eléctricos asequibles, los grandes fabricantes de automóviles enfrentan un dilema considerable en su transición hacia la electrificación. El crecimiento del mercado de autos eléctricos es crucial para combatir la contaminación y abordar el cambio climático; sin embargo, las armadoras tradicionales tienen que destinar una gran parte de sus recursos a mantener y actualizar sus plantas de producción que están diseñadas para fabricar vehículos con motores de combustión.
Esto implica un alto costo que reduce el margen de ganancia y su capacidad de innovar. Por el contrario, las marcas de autos eléctricos chinos tienen plantas más modernas y flexibles, que pueden adaptarse rápidamente a las demandas del mercado y a las nuevas tecnologías. Tesla y empresas chinas como BYD superan en ventas de vehículos eléctricos a compañías como Volkswagen, Stellantis, Toyota, Ford y General Motors.
La cuota de mercado combinada de Tesla y BYD supera el 30 por ciento, mientras que los principales fabricantes tradicionales vieron reducir su participación de más del 55 al 40 por ciento entre 2015 y 2022, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En la carrera global de vehículos eléctricos, China lidera, mientras que Japón, Corea del Sur, Europa y Estados Unidos se rezagan. La cuota de mercado de los fabricantes chinos podría duplicarse para 2030, alcanzando el 33 por ciento, según UBS.
Los fabricantes tradicionales anunciaron grandes inversiones para la transición a vehículos eléctricos, superando los 650 mil millones de dólares hasta 2030. Sin embargo, enfrentan la incertidumbre sobre si las inversiones darán frutos. La escasez de semiconductores y problemas en la cadena de suministro añaden presión a una industria que ya lidia con márgenes.
La posible mejora salarial para trabajadores podría impactar negativamente la competitividad de los fabricantes tradicionales. Si los costos laborales aumentan, los vehículos eléctricos podrían volverse más caros.
Otro desafío es que China lidera la producción de baterías y materias primas esenciales para los vehículos eléctricos y la creciente tensión entre China y Occidente crea desafíos.
Para ser más competitivas, las armadores tradicionales establecieron una serie de estrategias para reducir el costo de producción de sus vehículos eléctricos y aumentar su participación a través de alianzas y consorcios con otras empresas para compartir tecnología, infraestructura y proveedores. Por ejemplo, Ford y Volkswagen acordaron desarrollar plataformas eléctricas comunes para sus modelos, lo que les permitirá ahorrar costos y escalar producción.
También buscan aprovechar las economías de escala y la estandarización de componentes para abaratar los precios. Por ejemplo, Renault lanzó el modelo Dacia Spring, el auto eléctrico más barato de Europa, que utiliza una batería de iones de litio estándar.
Otra alternativa es invertir en investigación e innovación para mejorar la eficiencia y el rendimiento de las baterías y los motores eléctricos. Por ejemplo, Toyota anunció que está trabajando en una batería de estado sólido que promete mayor autonomía, menor peso y menor riesgo de incendio.
Las acciones también incluyen adaptar sus modelos existentes a la movilidad eléctrica, por ejemplo, Hyundai lanzó el Ioniq 5, un SUV eléctrico que se inspira en el diseño del Pony, el primer auto de la marca coreana.
Y lo más importante, buscan diferenciarse por la calidad, diseño, seguridad y servicio al cliente, ofreciendo una experiencia superior a la de las marcas chinas, que aún tienen que mejorar en estos aspectos.