Israel busca lograr un milagro en el Mar de Galilea

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Escrito por verdes |

Como si se tratara de una película de Ciencia Ficción, Israel tiene planeado hacer algo […]

Mar de galilea

Como si se tratara de una película de Ciencia Ficción, Israel tiene planeado hacer algo que parece impensable: rellenar el Mar de Galilea, después de que el cambio climático provocó que prácticamente haya desaparecido.

La idea en apariencia resulta fácil, utilizar la tecnología con la que cuenta el país para la desalinización del agua y bombearla de regreso al famoso lago donde se dice Jesús caminó sobre su superficie hace más de dos siglos.

Este cuerpo de agua tiene varias peculiaridades, como que se encuentra a 200 metros debajo del nivel del mar, y durante mucho tiempo fue uno de los principales abastos de líquido para el cultivo y para uso humano. Sin embargo, el aumento de más de dos grados centígrados, la sobrexplotación y una sequía prolongada terminó secándolo.

Hoy en día, el gobierno israelí considera que cuenta con los recursos tecnológicos y los recursos económicos, y para ello invertirá más de 310 millones de dólares y una serie de túneles y canales subterráneos construidos en la década de 1960 para llevar agua desalinizada del mar Mediterráneo hacia el lago también llamado Tiberíades.

En 2013, Israel terminó de construir la mayor planta desalinizadora del mundo, y desde ese momento el país logró dejar de tener escasez de agua al lograr el abasto al 100 por ciento de del consumo humano y agrícola. La planta es completamente automatizada, y en el lugar tan solo trabajan cuatro personas que operan toda la maquinaria. 

A dos kilómetros del mar Mediterráneo y a 15 kilómetros al sur de la ciudad de Tel Aviv, Sorek (así se llama la empresa que maneja la planta) transforma 137 millones de metros cúbicos de agua salada en agua potable al año, equivalentes al 16 por ciento del agua potable que requiere el país. Y su capacidad puede alcanzar los 160 millones de metros cúbicos anuales, con lo que puede abastecer a 1.5 millones de personas o 20 por ciento de la demanda de agua doméstica en el país. 

El proceso para quitar la sal del agua se hace a través de varios filtrados, después pasa a un tanque donde se deja reposar para separar los materiales pesados y finalmente se lleva a cabo un procedimiento de ósmosis inversa para terminar de separar los residuos de sal que aun pueda quedar en el agua.

Sin duda, tener independencia hídrica e incluso compartir el agua con otras naciones como Egipto, es un motivo de felicidad para Israel y sus habitantes. Sin embargo, como en todo avance también hay algunos costos que se deben pagar. Y en este caso es que para quitar la sal del agua se utiliza una gran cantidad de energía producida con gas y carbón, lo que significa una gran contaminación a la atmósfera.

Sin embargo, el país es uno de los que mayor cultura en el cuidado del agua en el mundo. Los planes gubernamentales contemplan la educación en este tema desde una edad temprana. Además el costo del agua es igual para todos los sectores socioeconómicos, lo que hace que el desperdicio haya disminuido en los últimos años. Con esto ha logrado tener un desperdicio menor a 10 por ciento de agua.

Otro tema importante es que el manejo del agua está concesionada a la iniciativa privada, lo que ha dejado fuera el uso político de este tema, lo que garantiza un uso democrático del recurso natural.

Así, Israel se enfila a lograr uno de los milagros medioambientales más importantes para la zona, lo que daría esperanzas a otras regiones del mundo, y dejaría una enseñanza para aquellas naciones que ya sufren por falta de agua.