Normativa sustentable: Proceso en vías de construcción

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Los ISO 14000 son una de las normas globalmente más aceptadas. Empresas de servicios como del sector industrial, buscan obtener este sello.

Normativa sustentable

Una de las tareas apremiantes para comenzar a revertir los impactos ambientales, es poder contar con información cuantificable y medible que ayude en la verificación de las acciones y avances que, las empresas, gobiernos y ciudades están implementando para mitigar sus emisiones.

Al momento, existen diversas certificaciones a nivel mundial, principalmente en los países de economías avanzadas, de donde han surgido diversas metodologías que realizan un seguimiento de los proyectos y programas sustentables y ambientales que empresas y gobiernos locales, implementan.

Existen certificaciones ambientales prácticamente en todos los sectores de la economía, algunos de ellos adoptados en buena parte del planeta como por ejemplo las certificaciones LED para la industria de la construcción, o el Forrest Stewardship Council que certifica procesos forestales sustentables, EarthCheck enfocado al sector turístico; el Energy Star Partner of the Year, uno de los tantos que existen en temas de eficiencia energética, ademas de las certificaciones Green Key y Blue Flag, ambos relacionados con la industria turística y preservación de los ecosistemas. El Electronic Product Environmental Assessment Tool y Etiquetado ECO LEAF, son dos más de los sellos más recurrentes.

A los anteriores, se suman programas de seguimiento de procesos, protocolos y mediciones de avances en materia de desarrollo sustentable como los programas Global Reporting Iniciative, (GRI); el Carbon Disclouser Project (CDP), Greenhouse Gas Protocol y Global Emission Inventory, o el de Ciudades Sustentables que, por sí mismos, son todo un ecosistema a parte.

El inconveniente con todos estos sellos mencionados, es que cada uno de manera individual se apega a sus propios criterios de medición, lo que hace que no sean homologables o comparables entre sí. Y de entre ellos, apenas el CDP es de los pocos que comienza a tener intentos por medir las emisiones directas de carbono de toda la cadena de procesos de una empresa o una localidad.

Esto hace que, en algunos casos, el cumplimiento de los estándares de medición de cada sello, se remita únicamente a un registro de actividades no cuantificables que limitan el seguimiento medible de los avances y alcances en materia de mitigación año con año. 

Sin embargo, no por ello dejan de ser importantes, pues en muchos casos, tanto para empresas como para gobiernos, estos ejercicios representan un primer diagnóstico de sus impactos y compromisos ambientales.

En ese sentido, las normatividades ISO representan un avance más sobre la obtención de sellos, debido a que, implican procedimiento más exhaustivo de mediciones cuantitativas y cualitativas en cuanto a requerimientos y cumplimiento de las normas.

En términos ambientales, los ISO 14000 son una de las normas globalmente más aceptadas. De hecho, empresas tanto de servicios como del sector industrial, buscan obtener este sello como parte de certificación de sus procesos.

Uno de los temas más recurrentes es la calificación de las ciudades sustentables que por el momento, sólo se obtienen por nombramientos o distinciones en base alguno de los procesos realizados para determinar a una urbe como sustentable. Para este rubro, está en proceso de desarrollo el ISO37101 que está en vías de convertirse en la certificación cuantificable para determinar qué ciudades son, o no realmente sustentables.

Medir y cuantificar, ayudará sin duda a tener claridad tanto objetivos como resultados de los esfuerzos de empresas, gobiernos y localidades por reducir sus huellas de carbono e impactos ambientales.