Reciclaje de baterías de autos eléctricos sin un futuro claro

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Escrito por verdes |

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La industria de autos eléctricos está creciendo año con año a un ritmo acelerado, impulsada por la necesidad de intensificar los esfuerzos para detener el cambio climático. Y aunque las empresas que reciclarán las baterías y otros componentes de esos autos están creciendo a la par, en espera de completar el ciclo de la economía circular y obtener buenas ganancias, su futuro todavía no es claro, ya que la materia prima que sostendrá su negocio todavía no circula a gran escala.

De acuerdo con la consultora Statista, el número mundial de vehículos eléctricos de batería alcanzó 6.8 millones de unidades en 2020, desde las 1.2 millones de 2016 y se prevé que llegue a 51.7 millones en 2025 y a 144.3 millones en 2030.

Se esperaría que la penetración de autos eléctricos al mercado alcance alrededor de 30 por ciento del mercado de automóviles en el mundo para 2030, de acuerdo con las estimaciones más optimistas. Sin embargo, para las empresas recicladoras no necesariamente representa un gran negocio, pues para esas fechas la cantidad de vehículos que cumplan su vida útil y pueda considerarse chatarra será muy poca para un negocio que está invirtiendo mucho dinero en la infraestructura necesaria para recibir estos autos.

En los últimos años las compañías han invertido grandes montos para recibir las baterías desechadas, tal como lo hizo la minera Glencore Plc, quien recientemente realizó una inversión de 200 millones de dólares en la empresa de reciclaje Li-Cycle.

Esto, debido a que algunas proyecciones ven que la capacidad global de reciclaje de baterías aumentará hasta 10 veces para 2025. Sin embargo, esa enorme capacidad de reciclado será muy superior para la cantidad de material que llegue a las plantas en los primeros años, al menos hasta 2030, de acuerdo con el informe Las Estrategias de Economía Circular para las Baterías de los Vehículos Eléctricos Reducen la Dependencia de las Materias Primas, presentado por la consultora estadounidense Circular Energy Storage. 

El reporte indica que es probable que la escasez de material persista hasta principios de la siguiente década, cuando las empresas podrían ver la primera gran ola de chatarra llegar a sus depósitos. Pero mientras esas baterías viejas sean recicladas y rueden de nuevo en otros vehículos, las compañías deberán sobrevivir de algún modo.

Esto enciende las alarmas, ya que las recicladoras podrían enfrentar grandes pérdidas y, en los casos más extremos, el cierre definitivo de muchas de ellas.

La situación podría ser preocupante, ya que en general, estas empresas tienen dos grandes fuentes de ingresos: por un lado, el de las baterías agotadas que ya no pueden ser utilizadas, y el del material de desecho de las propias fábricas de baterías.

El problema es que, con la mayor eficiencia de la industria de autos eléctricos, la mayoría de los vehículos que actualmente circulan permanecerán más tiempo en las calles. Y seguramente, también cuando éstos se accidenten, las baterías seguirán en condiciones de ser utilizadas de nuevo en otros vehículos. 

Una opción que ya se maneja es que las empresas también puedan fabricar baterías o renovarlas con elementos que lleguen de las baterías agotadas, pero esto iría en contra de su esencia y podría representar más costos de operación. 

Recientemente, Kunal Sinha, director global de reciclaje de Glencore, declaró que se está construyendo un negocio independiente de reciclaje de baterías, pero ahora está bajo presión, y algunos de los modelos de negocio que sólo reciclan no tendrán éxito, o al menos estarán muy estresados, porque se encontrarán esperando que llegue toda esa chatarra.

Así que, en un momento en el que la industria automotriz está cambiando, y donde muchas empresas saldrán del mercado porque ya no serán parte clave de la cadena de suministros de los autos eléctricos, las compañías recicladoras también deberán entender cuál será el mejor momento para invertir en una industria que apenas comienza a dar visos de lo que será en el futuro.