Presionan las grandes petroleras la agenda energética de Joe Biden

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La industria petrolera de los Estados Unidos se prepara para nuevas peleas en Washington, el […]

Agenda energética

La industria petrolera de los Estados Unidos se prepara para nuevas peleas en Washington, el prominente lobby petrolero de ese país trabaja en nuevas líneas de batalla para las próximas confrontaciones con la política energética de la administración Biden.

Los representantes del Instituto Americano del Petróleo mantienen la presión sobre Washington bajo el argumento de que, la crisis energética aún no termina, pese al retroceso de los precios de los combustibles fósiles. Los jerarcas del gremio petrolero, refieren que la crisis energética es resultado del trabajo suprimido en Europa para desarrollar sus propios recursos en materia energética, cuestión que consideran, es de seguridad nacional, manifestaron los dirigentes de las corporaciones petroleras más grandes del país. 

De acuerdo con Mike Sommers jefe del Instituto Americano del Petróleo, la industria petrolera de los Estados Unidos deberá poner foco en dos temas durante 2023: 

  1. Obtener efectivo de los combustibles fósiles

La administración Biden, ha pedido repetidamente a la industria petrolera que devuelva el excedente de las ganancias inesperadas en efectivo por los altos precios del petróleo y el gas, en lugar de que terminen en los bolsillos de los inversionistas en forma de dividendos; de hecho, el presidente, calificó de “antiestadounidense” a ExxonMobil por pagar enormes dividendos en vez de invertir en nueva producción.

Al respecto, Mike Sommers, declaró que lo anterior forma parte de una confrontación de palabras entre el gremio petrolero y la administración Biden, que afecta las inversiones de Wall Street en el sector petrolero y que, se están dirigiendo hacia las llamadas opciones ESG, las cuáles están socavando el desarrollo de la industria petrolera. 

Incluso en medio de la actual crisis energética, los inversionistas están pidiendo a los productores de petróleo y gas destinar los retornos a los accionistas en lugar realizar nuevos proyectos a largo plazo, toda vez que, la política de Biden entorno al cambio climático, afectará la demanda futura. La industria y sus aliados en el Congreso consideran que existe una oportunidad para revertir dicha tendencia.

  1. Acelerar la reconstrucción 

Uno de los principales desafíos son las reformas que permiten los proyectos de energía en los Estados Unidos, pues tanto los proyectos eólicos y solares, sufren los mismos retrasos debido a extensas revisiones ambientales y desafíos legales que los oleoductos y gasoductos y las instalaciones de exportación; esto, podría socavar los objetivos del presidente sobre su política de energías limpias. 

En ese sentido, el presidente Biden ha señalado estar abierto a flexibilizar los permisos para proyectos de petróleo y gas siempre y cuando, eso signifique que también se pueden construir proyectos de energía limpia. Sin embargo, el presidente tendrá que superar la firme oposición de los legisladores y activistas demócratas progresistas que han mostrado poca disposición para adherirse al mismo compromiso.

Y es que de acuerdo con los representantes del Instituto Americano del Petróleo, el regreso de los Estados Unidos por el petróleo venezolano, podría significar un riesgo de dependencia del exterior para cubrir la demanda interna de energía, en un contexto en el que, de acuerdo con la Administración de Información de Energía, para el 2024, se registrarán niveles récord de consumo de gas y petróleo, no obstante que, el avance de las energías limpias para ese año, se estima tendrán una participación del 26 por ciento en la generación de electricidad en la Unión Americana.