La digitalización agrícola se transforma

Por: Nidia Chávez, directora de Fundación Telefónica Movistar México

El sector agroalimentario es uno de los más relevantes para la vida de nuestro país, siendo base importante de su historia, cultura y economía. Dentro de este último rubro aporta hasta el 3.2% del PIB (INEGI, 2022).

Esto se logra gracias a la diversidad de climas que existen en el territorio, donde se cultiva una gran variedad de especies, producto para consumo y exportación, permitiendo al país alcanzar una seguridad alimentaria, generar empleos y preservar el cuidado del entorno. 

Ha sido este trabajo el que le ha permitido a México ocupar la séptima posición dentro del Top 10 de Exportadores de Alimentos (Comtrade y Trade Data Monitor, 2019), destacando, según datos del INEGI, la salida de productos como aguacate, berries, jitomate, brócoli, coliflor, nuez, pepino, limón, espinaca y mango. 

Esta es una muestra del peso que tiene la agricultura en el país, la cual hoy enfrenta diferentes retos: los altos costos de insumos y servicios, la dificultad para la comercialización por precios bajos, la falta de capacitación y asistencia técnica, así como la pérdida de fertilidad del suelo (INEGI, 2019).

Todas ellas son situaciones que no podemos ignorar, pues la demanda de alimentos es cada vez más grande y, al mismo tiempo, hay menos recursos para cubrirla.

Para hacer frente a estos desafíos debemos apoyarnos en la tecnología y en el avance de la ciencia, por lo que será relevante que el sector agrícola haga cambios para mejorar su producción y asegurar que no existan efectos negativos por su trabajo.

Debido a esto, la digitalización es crucial para mejorar al segmento, que ya puede recibir apoyo de innovaciones como sensores, drones, robots, big data, imágenes satelitales e inteligencia artificial.

Para hacer esto posible, disciplinas como química, informática, biología y ciencia de los materiales ya están haciendo uso de micro y nanotecnologías para extraer la información más importante, lo que permitirá al agricultor maximizar el uso de los recursos.

Por ejemplo, existen soluciones que ayudan a conocer la cantidad de nitrógeno en el terreno, detectar el comienzo de alguna enfermedad en las plantas o sensores de humedad para el suelo, o que indican cuándo es preciso regar y cuándo no, para ahorrar agua.

De esta manera, por ejemplo, el internet de las cosas nos permite crear una red de comunicación entre innovaciones que, con apoyo de la inteligencia artificial, será capaz de darle sentido a la enorme cantidad de datos que paulatinamente aparecerán.

Es así como se escribe el futuro del sistema agroalimentario, el cual tiene frente a sus ojos una infinidad de oportunidades, pero que también requiere de inversiones importantes en nuestro país, para prosperar y seguir siendo un referente en el mundo.

Por fortuna, diversas empresas trabajan por la transformación digital del país, debido a sus ilimitadas capacidades para mejorar la vida de las personas y conectarlas con nuevas oportunidades en el mercado laboral. 

Por ejemplo, Fundación Telefónica Movistar México cuenta con Conecta Empleo, que ofrece formación en línea gratuita, enfocada en impulsar los aprendizajes que requiere la digitalización en sectores como construcción, transporte y agroalimentación. De hecho, hasta el 5 de marzo de este año estarán abiertas las inscripciones para el programa Nanogrado agroalimentario.

Tenemos mucho trabajo por delante, pero hoy estamos completamente seguros de algo: transformar a este sector también está en nuestras manos.