Alemania pone en marcha tranvías que funcionan con hidrógeno
Escrito por Said Pulido |
Christoph Grimm, el director general de la empresa de ferrocarriles de Bremervörder-Osterholzer, en el noroeste […]
Christoph Grimm, el director general de la empresa de ferrocarriles de Bremervörder-Osterholzer, en el noroeste de Alemania, celebró el estreno mundial de seis trenes tranvías de propulsión a hidrógeno. Operan en servicio regular entre Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude, sustituyendo a tranvías a diésel convencionales.
Grimm explicó a DW que todos los componentes relevantes, como el depósito y las pilas de combustible “están en el techo de los trenes de hidrógeno”. En los vehículos diésel, los agregados se encuentran en el piso del vehículo. “Y gracias a una batería, los nuevos tranvías circulan completamente libres de emisiones”.
La empresa EVB es la sucesora de las líneas ferroviarias federales regionales y de tres empresas privadas de ferrocarriles. Durante más de 40 años, ha mantenido en funcionamiento el transporte ferroviario en la región. Los trenes propulsados por hidrógeno son la “cereza del pastel” de la flota EVB. En el transporte regional de pasajeros, la compañía ferroviaria circula por 250 kilómetros de vías que pertenecen a la empresa, que opera señales, rieles, estaciones y locomotoras.
La EVB, con 600 empleados, también ofrece trenes portacontenedores entre los puertos marítimos del norte y el sur de Alemania, trabaja en servicios de transporte logístico en puertos, gestiona autobuses y su propia agencia de viajes. Los accionistas son el Estado de Baja Sajonia y las ciudades de la región.
¿Electrificar o “hidrogenizar”?
La red de rutas de EVB era una elección obvia, ya que se encuentra en Baja Sajonia, sede la compañía francesa Alstom, que provee servicios para el transporte, y cuenta con tramos no electrificados. La mayor parte del dinero procede del fondo de financiación de la “Estrategia Nacional del Hidrógeno” del gobierno federal.
“El hidrógeno se combina con el aire ambiente”, explicó a DW Markus Rech, responsable de tecnología y mantenimiento. Esta reacción química libera energía, que la batería de combustible emite en forma de corriente eléctrica. “El vapor de agua que sale por la parte superior está a la vista de todos”, agrega el experto.
Los trenes de hidrógeno reciben el combustible en una estación de servicio, donde se almacenan dos toneladas de hidrógeno.
El hidrógeno procede de Stade, dice Christoph Grimm: “Stade es un importante centro de la industria química. Allí el hidrógeno es un subproducto”. Descomponer el agua en sus elementos químicos consume una enorme cantidad de electricidad. Si la energía procede de centrales eléctricas de gas o carbón, como ocurre en el polígono industrial de Stade, se denomina hidrógeno gris.
Pero las emisiones de CO2 sólo se reducirán cuando la electricidad para la electrólisis proceda de fuentes de energía renovables. Y esto será en unos cuatro años. Entonces, se instalarán turbinas eólicas y plantas fotovoltaicas cerca de la estación de trenes.
Demanda mundial de trenes de hidrógeno
Cada tren de hidrógeno tiene un depósito de 130 kilos y una batería de combustible para cada segmento. El tren recorre así unos 800 kilómetros diarios en servicio regular. Alstom supervisa el mantenimiento de sus trenes en las instalaciones de Bremervörder y realiza reparaciones. La empresa cuida los secretos de su patente.
“¿Electrifico primero o compro ya un tren de hidrógeno?”, es la pregunta que se están haciendo ahora muchos gobiernos en el mundo, señaló Christoph Grimm. En Bremervörde los 14 trenes encargados deberán estar operando antes del verano de 2023.
El próximo año, algunas líneas del tranvía regional de Frankfurt se convertirán al hidrógeno, confirma el director gerente de EVB, que recibe a delegaciones de diversos países que quieren ver con sus propios ojos que un tranvía a hidrógeno es totalmente operable.
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