Fortaleza y unidad ante el Covid
Escrito por verdes |
La pandemia vino a señalar y mostrar con agudeza, los diferentes matices de la vida cotidiana y del comportamiento social.
El Covid-19, vino a señalar y mostrar con agudeza, los diferentes matices de la vida cotidiana y del comportamiento social. Provocó que casi de manera unánime, la sociedad volviera la mirada hacia su entorno, reconociendo la fragilidad del tejido social, pero también, revalorando algunas de las fortalezas que se han construído a lo largo de los años.
Entre las fragilidades de la sociedad moderna, de pronto la pandemia mostró la endeble infraestructura de los sistemas de salud en muchos países del planeta. Llamó la atención por ejemplo, que países como Italia y España adujeran carencias en sus sistemas de salud pública de tal suerte que la península itálica, debió acudir por la ayuda de otros países para atender el momento más álgido al inicio de la pandemia.
El escenario anterior fue un hecho relevante debido a que por primera ocasión en muchas décadas, una situación de emergencia y desastre no fue un acontecimiento propio de una nación en vías de desarrollo, la crisis sanitaria en Italia, mostró al mundo que la pandemia no tenía parangón, ni que tampoco hacia distinción del estatus económico de las naciones.
En un lapso de tres semanas, las calles de las principales urbes quedaron desiertas y muchos centros de trabajo y producción, detuvieron prácticamente la totalidad de sus actividades. El efecto de esto, son millones de empleos perdidos en todo el mundo, miles de empresas debieron cerrar definitivamente causando con ello una fuerte recesión económica también sin precedentes en la historia reciente de la humanidad.
Luego de diversas estimaciones al inicio del “gran confinamiento” como ya se le conoce a este capítulo de la historia, el PIB mundial retrocederá 6 por ciento durante 2020. La referencia más cercana a una caída similar de la economía mundial fue en 1930, un año después de la gran depresión cuando retrocedió 9.9 por ciento.
Fortaleza de la sociedad civil
Ante este escenario, la sociedad civil ha vuelto a responder ante una eventualidad que como en este caso, está fuera de su alcance para poder prevenirla o para adelantarse a un evento como el que enfrentamos hoy a causa del Covid-19.
La empresas, fundaciones y gobierno, en conjunto con el resto de los actores de la sociedad civil, actuaron para hacer frente una pandemia que tomó por sorpresa a toda la sociedad del planeta.
El trabajo conjunto y coordinado entre los distintos actores de la sociedad civil, permitió que en México, se lograra responder con oportunidad para resguardar la salud en principio de los colaboradores de las empresas, y en segunda instancia, tejer las alianzas para otorgar los apoyos que el sector de salud requería.
Por supuesto, esto no significa que México no haya recibido y solicitado apoyo de otra naciones, principalmente para la adquisición de respiradores en el inicio de la contingencia cuando estos insumos se convirtieron en piezas esenciales para atender a los enfermos de Covid-19 en todo el planeta.
La empresas y las fundaciones tanto de primer como de segundo piso, actuaron de manera conjunta también para apoyar a comunidades marginadas que comúnmente están en situación de marginalidad y a las que se debía seguir haciendo llegar los apoyos con que son beneficiados regularmente.
Algunas fundaciones también debieron adaptar e innovar con sus programas y propuestas en apoyo a la sociedad ante un hecho que la pandemia, cambió completamente la cotidianidad y las actividades de las empresas, del gobierno y la sociedad en su conjunto.
De esta manera, los apoyos y el aporte de las empresas y fundaciones, han ido más allá de solo realizar donaciones; por ejemplo, en el caso de Tetra Pak, que realiza un trabajo intenso de reciclaje, utilizó y donó varias toneladas de polialuminio para construir pabellones de descanso para el personal médico que está en la primera línea de combate a la pandemia.
El objetivo de este proyecto, fue proporcionar espacios temporales de descanso a todo el personal de salud, quienes ante la carga de trabajo y bajo el riesgo de contagiar a sus familiares, debieron dejar de llegar a sus casas para ocupar estos pabellones construídos con el materiale de reciclaje, para responder ante el contexto que se vive todavía en muchos centros de salud.
Otro ejemplo es el caso de General Motors que adaptó tres de sus líneas de producción de automóviles en Warren, Michigan, Kokomo, Indiana y Toluca, Estado de México para fabricar respiradores y mascarillas que eran demandados en todo el planeta para atender a las personas que se contagiaron por Covid-19 y personal médico.
De esta manera, han actuado y están trabajando la sociedad civil, las empresas, las fundaciones, gobiernos y orgnizaciones civiles para sumar esfuerzos y talentos para dar respuesta a la emergencia en base a la creatividad, la innovación y la capacidad de adaptación que tiene el ser humano.
En México por ejemplo, 15 empresas y sus fundaciones, han invertido 2,754 millones de pesos para la donación de equipo médico, medicamentos y apoyos a las instituciones de salud, así como la donación de mascarillas y overoles especiales para el personal médico que está trabajando en la primera línea de atención a los pacientes y enfermos por Covid-19.
Cierto, las empresas y las fundaciones también han donado alimentos al personal médico, así como a la comunidades marginadas que ante una crisis sanitaria y económica como la que vivimos, han visto deteriorada aún más su calidad de vida.
Entre los donativos más sobresalientes para la atención directa de la salud están 917 millones de pesos para adquirir equipo médico; 377 millones de pesos donados para la habilitación y adapatación de centro de atención médica como el centro Banamex y 460 millones de pesos donados directamente a instituciones de salud pública.
Es cierto, la tarea realizada para hacer frente a la pamemia por parte de las empresas, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, dista de ser impecable, pues aún muestra muchas áreas de oportunidad para mejorar debido a la cantidad de tareas y necesidades que ha sumado la pandemia a una sociedad con un tejido social frágil. Sin embargo, el aprendizaje obtenido para hacer frente a escenarios no previsibles, permitirá a los actores de la sociedad civil estar concientes de nuevos escenarios de emergencias de salud y naturales.