La industria de Microchips enfrenta su reto más grande, la contaminación
Escrito por verdes |
Corea del Sur es uno de los mayores productores de chips, y a pesar de […]
Corea del Sur es uno de los mayores productores de chips, y a pesar de sus esfuerzos, solo utiliza el 16 por ciento de energía renovable.
La llamada ley “Chips y Ciencia” promovida por el presidente Joe Biden para promover la producción de chips y bajar el déficit que se tiene en el país, no considera los daños ambientales que esto significa. Así lo mencionaron diversos analistas, quienes advierten del peligro que conlleva impulsar esta industria sin controles por parte del gobierno.
De acuerdo al plan presentado por el gobierno de los Estados Unidos, se piensa invertir más de 52,000 millones de dólares para contrarrestar la hegemonía de los países asiáticos en la fabricación de microchips, quienes concentran la mayor parte de la producción de esta tecnología, la cual se encuentra en problemas en este momento producto de la pandemia de Covid-19 y la escaecés de materia prima para producir los chips necesarios para la industria de la telefonía y la industria automotriz, principalmente.
Y es que hasta la década de lo 90 Estados Unidos y Japón eran los líderes indiscutibles en la producción de semiconductores con el 56 por ciento de la producción mundial, mientras Europa proveía el restante 44 por ciento de los chips. Sin embargo con la entrada de Corea del Sur y Taiwán a la escena y posteriormente China, el mercado de Norteamérica y Europa se redujo a solo 36 por ciento en conjunto.
La compañía más grande del mundo en la producción de chips es la empresa taiwanesa TSMC, y acaba de anunciar el comienzo de las obras de su nueva planta en Arizona con valor de 12,000 millones de dólares y otra en Japón con una inversión de 7,000 millones de dólares, lo que supone un incremento en la producción de estos componentes, pero también del aumento de desechos potencialmente peligrosos para el medioambiente.
Invertir más y aumentar la producción de chips significa una mayor cantidad de horas de trabajo y de desechos. Y aunque la gran mayoría de las empresas ha hecho un esfuerzo para aminorar el impacto negativo al medioambiente, hay una preocupación por parte de los expertos en que esta urgencia por aumentar la producción se refleje en una mayor contaminación.
Como ejemplo, Corea del Sur, uno de los mayores productores de chips, y a pesar de los esfuerzos, solo utiliza el 16 por ciento de energía renovable.
TSMC, hace grandes esfuerzos en los países donde tiene plantas, pero en Taiwán solo utiliza 10 por ciento de electricidad verde.
Intel es quien parece hacerlo mejor, pues el año pasado utilizó 80 por ciento de su electricidad de fuentes limpias.
Mientras tanto Tsansung reportó un nivel de reciclaje del 96 por ciento y por primera vez no arrojó desperdicios a los vertederos.
Y aunque todo pareciera caminar en la dirección correcta, esta industria aun arroja más de 100 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, mientras parece que duplicará su producción en los próximos 10 años, con el aval de los gobiernos y con regulaciones que se quedan cortas para evitar un mayor daño ambiental.