Pobreza y Covid, la caja de Pandora en Latinoamérica
Escrito por verdes |
Hay brechas estructurales que se han agravado con el tiempo, sin embargo, la pandemia agudizó la problemática a niveles incalculables.
La pobreza es una terrible amenaza constante si hay que referirse a América Latina y el Caribe. Hay brechas estructurales que se han agravado dolorosamente con el paso del tiempo, sin embargo, la pandemia de COVID-19 agudizó la problemática a niveles incalculables. A consecuencia del coronavirus las necesidades de millones de personas no alcanzan a cubrirse y de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), las cifras habrían escalado hasta su nivel más alto desde el año 2000.
Otra de las cifras alarmantes que ha dejado a su paso la pandemia es que el 12.5 por ciento de la población, es decir, uno de cada ocho latinoamericanos se encuentra en pobreza extrema. Se habla de un punto porcentual más que en 2020, cuando la crisis sanitaria se manejaba aún como una posibilidad remota, y casi cinco puntos más que en el año 2014, cuando se contabilizó el nivel más bajo acostumbrado, es decir, 7.8 por ciento.
Previo al COVID-19, el número de personas vulnerables económicamente ya sumaba un lustro de crecimiento ininterrumpido, sin embargo, el contagioso virus desestabilizó lo conseguido y se elevó a una tendencia llena de preocupación e incertidumbre.
La CEPAL apunta que América Latina y el Caribe son de las regiones más azotadas por la crisis sanitaria, tanto por el número de contagios como por la cantidad de pérdidas humanas. El conteo indica que aproximadamente el 8 por ciento de la población mundial acumulaba casi uno de cada cinco contagios y más de uno de cada cuatro decesos a escala global.
Inequidad, informalidad laboral, desprotección social y vulnerabilidad son algunos de los indicadores más altos que lideran las regiones de América Latina y el Caribe. Un caldo de cultivo que amplifica cualquier choque y que los efectos negativos sobre las capas menos afortunadas de la sociedad, así lo destaca el informe ‘Panorama Social de América Latina’ presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe 2020.
Las cifras del informe son absolutamente desesperanzadoras, y es que el número aproximado de personas en pobreza extrema para finales de 2020, fue de 209 millones, 22 millones más que en 2019. De ellos, 78 millones serán pobres extremos, ocho millones más que un año anterior. Ocho de cada diez latinoamericanos viven en situaciones de absoluta vulnerabilidad, con ingresos equivalentes a tres o menos de tres salarios mínimos. Pero estas tendencias se agravan si se habla de zonas rurales y con población indígena.
Pero el informe de la CEPAL tiene una explicación para las desigualdades de América Latina y el Caribe, y que se profundizaron con la pandemia: las familias de estratos medios y de la parte superior de los estratos bajos no reciben beneficios de los programas de protección social y de las políticas. Y en gran medida sus ingresos provienen de su trabajo, uno de los rubros más golpeados. Además, en medio de los contagios por coronavirus, fueron las personas sin opción para desempeñarse de manera remota.
Los pronósticos son poco alentadores, el organismo enciende una alerta sobre los estragos del virus y sugiere que se vaya a la profundidad de los factores que provocan la extrema pobreza, además de proponer políticas enfocadas en la procuración de los derechos, en la erradicación de la desigualdad y el trato digno. “Es fundamental para evitar niveles crecientes de conflictos, expresiones de violencia y crisis de representación y legitimidad democrática que obstaculizan el desempeño económico”, apunta la CEPAL en su informe.