Por: Rodrigo Manrique Gómez Pimienta; Director Ejecutivo de IASE México. Para nadie es mentira que la educación no sólo es…
Por: Rodrigo Manrique Gómez Pimienta; Director Ejecutivo de IASE México.
Para nadie es mentira que la educación no sólo es fundamental para nuestro desarrollo, sino que este proceso es inagotable. Las carreras y posgrados son un momento más en el largo proceso de formación y preparación, tanto para nuestra vida laboral como personal.
En el tema que me compete y bajo la asociación que encabezo en México, la certificación de los profesionales va de la mano con un profundo proceso de aprendizaje, tanto en el ámbito mental y de actitud, como en el epistemológico y técnico. Las certificaciones de IASE —como empleado, dueño, accionista, etcétera— las antecede el conocimiento de la buena gestión del entorno natural, el desarrollo social, así como de un buen gobierno corporativo. Pero esto ya ocurre en todo el mundo: el proceso de formación y certificación en ESG es tan necesario como, hay que decirlo, retador.
De pronto despertamos y tenemos frente a nosotros una nueva realidad. El mundo tiende vertiginosamente «hacia el verde». Es conocida la carta de Black Rock donde anuncia la eliminación de su portafolio de inversión a aquellos proyectos que usen carbón térmico. Los bonos verdes sumaron en activos 2.24 billones de dólares en el segundo trimestre de este año: 12% más que el primer trimestre. Las finanzas y los negocios se encaminan hacia ESG, cada día se califican con más rigor las operaciones empresariales y el consumidor es exigente con lo que consume. Hoy se demanda ética. Muy pronto no se entenderá la rentabilidad sin la buena reputación corporativa basada en ESG.
¿Qué hacemos si no estamos preparados para esto? ¿Estamos capacitados para tomar esta enorme ola? Actualmente muchas escuelas y universidades tienen asignaturas sobre sostenibilidad; sin embargo, las generaciones anteriores estamos en algo así como un limbo en cuanto a enseñanza y aprendizaje en esta materia. La educación superior en los 70, 80 y 90 no contemplaba nada de esto, y sumemos que el tema de sostenibilidad no se agota en unas lecturas: es un universo de enormes extensiones de conocimiento. Necesitamos mucha preparación al tiempo de continuar con el crecimiento de nuestros negocios.
En este sentido, las certificaciones de IASE son instrumentos valiosos y eficaces. La aplicación y acreditación del examen es una garantía de preparación para abordar de otra manera el mundo actual. El curso de formación supone un plan de estudios integral y el diseño de un programa de aprendizaje contemporáneo que se adapta a las más apretadas agendas. IASE nace a partir de una nueva forma de pensar y comprender el mundo, en su ADN opera una nueva cultura y por ello contamos con los instrumentos para formar y certificar, garantizando con ello a profesionales preparados en un mercado diferente, exigente y que se transforma velozmente hacia modelos de negocios sostenibles.
En 20 años las juntas de accionistas estarán lideradas por nuevas generaciones que crecieron no en un mundo que se deterioraba, sino en uno que ya está deteriorado, por ello esas generaciones abordarán su realidad desde la innovación y la solución de problemas mediante una mirada ética; desde niños son intolerantes ante la injusticia social y la mala huella ambiental de sus acciones como personas y como empresas.
Como adulto es un enorme despropósito pensar que se puede dejar de aprender, pero ahora también lo debemos hacer por supervivencia, lo exigen el mercado y el planeta. Soy un optimista: creo que todavía tenemos tiempo para ayudar a forjar el nuevo camino a las próximas generaciones.