Suelos Vivos, un desafío de soluciones sostenibles

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Por: Ileala López Arreygue, Public Affairs, Sustainability & Business development En los próximos 30 años, […]

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Por: Ileala López Arreygue, Public Affairs, Sustainability & Business development

En los próximos 30 años, la población global alcanzará la asombrosa cifra de 10 mil millones de habitantes, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo que generará una demanda de alimentos nunca vista. Asimismo, este desafío viene acompañado de una urgente necesidad de abordar la crisis climática que amenaza a nuestro planeta. La buena noticia es que estas dos preocupaciones aparentemente divergentes pueden desembocar en un punto de solución, y el sector agroalimentario tienen un papel crucial en ello.

Históricamente, la agricultura ha sido tanto una fuente de sustento como un contribuyente significativo a las emisiones de carbono en todo el mundo. Las prácticas convencionales, aunque han alimentado a millones, también han agotado el suelo y contribuido al cambio climático. Sin embargo, estamos presenciando un cambio de paradigma en la industria, donde el enfoque se está moviendo hacia la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.

En este contexto, el sector tiene la oportunidad de liderar una revolución que no solo beneficie a los agricultores y a sus negocios, sino también al planeta que todos compartimos. La clave está en comprender que el éxito en el siglo XXI no se mide solo en términos de ganancias a corto plazo, sino en la capacidad de generar un impacto positivo a largo plazo.

Las iniciativas como el proyecto “Suelos Vivos de las Américas” promovido por Bayer, en colaboración con organizaciones como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro de Manejo y Secuestro de Carbono Rattan Lal (C-MASC) de la Universidad Estatal de Ohio, están marcando el camino hacia una agricultura más sostenible. Este enfoque implica la implementación de prácticas de agricultura regenerativa que mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y aumentan la capacidad de retención de agua.

Pero eso no es todo. La medición y captura de carbono en la agricultura también están ganando terreno. Ayudar a los productores a comprender y reducir sus emisiones de carbono no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede conducir a oportunidades de mercado y a una mayor resiliencia empresarial en un mundo donde la conciencia climática es una prioridad.

En Argentina y Brasil, la iniciativa “PRO Carbono” de Bayer proporciona a miles de productores las herramientas necesarias para reducir su huella de carbono. Este enfoque integral, que incluye prácticas sustentables como la reducción de labranza, cultivos de cobertura y rotación de cultivos, no solo beneficia al medio ambiente, sino que también mejora la economía de los agricultores.

Es importante entender que esta transición hacia una agricultura más sostenible no es solo una tendencia pasajera. Es una necesidad imperante en un mundo que busca preservar su biodiversidad, mitigar el cambio climático y alimentar a una población en crecimiento. Productores y empresas que adopten esta visión no solo estarán contribuyendo a un mundo más sostenible, sino que también estarán asegurando la viabilidad a largo plazo de sus propios negocios.

El sector agroalimentario del siglo XXI tiene una responsabilidad crucial: cuidar del ambiente mientras cuida de los agricultores y sus negocios. Este enfoque no solo es ético, sino que también es el camino hacia un futuro empresarial más sólido y prometedor. El cambio ya está en marcha, y aquellos que lideren esta transformación estarán preparados para cosechar los frutos de un mundo más sostenible y próspero.